martes, 3 de agosto de 2010

Todo según el contexto.

Nunca pensé que los contextos me dejarian inmerso en un mundo de dudas.

Los contextos no son cuadernos ni libros con textos. Son contextos. Pero no tienen texto. Texto es lo que estoy escribiendo, y por esa regla de tres (aunque no tenga tres factores) un contexto deberia ser un sintexto. Pero dejemos este dilema de lado y hablemos de los contextos simplemente como nos dictan nuestros amigos los señores de la Real Académia Española. Esta es una de las definiciones, la mas útil en cuestión: "Entorno lingüístico del cual depende el sentido y el valor de una palabra, frase o fragmento considerados."
Quedándonos mas claro que es un contexto, podemos prodecer a filosofar un poco.

El contexto siempre ha sido importante en la vida. Es bueno aprender a cambiar de contexto las cosas para contrastar.
Sabemos que no es lo mismo decir "Bote!" Cuando vas en coche, que decir "Bote!" Cuando estas dentro de un bar. Una misma expresión viene a significar algo totalmente distinto según el contexto. Tenemos pues la sencilla conclusión de que todo, o si mas no muchas cosas, depende del contexto. Aprovechando esto podemos pensar en la comida.

La comida es todo un mundo, mucha gente come por comer y no disfruta del sabor y de las texturas y en definitiva del mundo culinario. Con esto permítanme dejar claro que el mundo culinario no es el mundo de los culos, sino el de la comida.
Esto os pido que lo probéis porque a mi sinceramente me ha cambiado el modo de comer. Ahora como mucho mas placenteramente, disfrutando mas del momento y de la comida en general. Y esque no es lo mismo comerse un kiwi en una cocina fea y oscura, que comérselo en una terraza de un tranquilo bar con vistas al mar, sintiendo la brisa cálida de la noche con la luna a lo lejos, reflejada en las breves olas. Bien sabemos que esta última opción no es posible normalmente pero con tan solo situarnos mentalmente en la escena, mientras comemos, ya supone un cambio. Una manera de "ver" y a la vez sentir mas sabrosa. Si sólo nos centramos en comer, sin pensar en el contexto... a veces nos perdemos mucho "placer".

Finalmente, como moraleja, podemos decir que rodeándonos simple y mentalmente de algo que nos guste todo sabrá mejor.

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