miércoles, 28 de julio de 2010

Linda, un encuentro especial.

Linda apareció en mi vida cuando menos lo esperaba. Ella creció entre dudas, marcadas por la soledad y el poco cariño. Era alta, guapa y sobretodo especial. Muy especial. Sabia que si estaba a mi lado se sentia segura, tenia mi apoyo y toda mi confianza. Eso se hizo mutuo con el tiempo.

La conocí en un lugar tranquilo bajo la atenta mirada de la luna que alumbró la escena como si supiera lo que iba a acontecer. Una leve brisa y una temperatura agradable hicieron del momento algo mágico. Con un simple "Hola" de su dulce voz bastó para intuir que esa noche se iba a posar en mi baúl de recuerdos personales. No me equivoqué. Nos pasamos la noche entera tumbados, mirando al cielo entre las estrellas, el uno al lado del otro, sin tocarnos. Disfrutamos de una sensación de paz y tranquilidad que jamás hubieramos imaginado. Sin palabra alguna. Algo tan sencillo se convirtió en algo mágico. Observando la luna, oyendo los sonidos de la noche. Ahora Linda forma parte de mi vida. Siempre trato con ella todas mis dudas y me aconseja como si de un viejo genio se tratara. He dividido el mundo en dos partes. Linda es un mundo, lo demás es otro.

El timón no te permite encontrar el camino, solo te guia hacia él. Linda sabe el camino y me guia hacia él.

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