domingo, 29 de enero de 2017

Un monstruo viene a verme (Primera historia).

Todo empieza cuando un tejo (árbol) milenario le cuenta una historia a un niño llamado Conor O'Malley:

"- Hace mucho, antes de que esto fuera una ciudad con carreteras y trenes y coches... Esto era un Reino. Era un Reino próspero, con un Rey sabio...que había obtenido la paz para su pueblo... Pero la paz vino con un precio. El Rey había perdido a sus tres hijos en la batalla... Contra gigantes... Contra dragones... Contra ejércitos de hombres, dirigidos por grandes hechiceros.

- Todo esto suena como un cuento de hadas.

- No dirías eso, si escucharás los gritos, de un hombre que fue muerto por una lanza... 
La Reina no fue capaz de soportar la pérdida de sus tres hijos... Dejando solo al Rey en su desesperación, en compañía de su único heredero superviviente... Su nieto huérfano. El niño fue criado como un Príncipe. Ganado el amor del Reino con su galantea y buen corazón. Su pueblo lo amaba. Nuestro futuro Rey. Él era apenas un hombre, cuando su abuelo tomó a una nueva esposa. El Rey se sintió enfermo y el rumor comenzó a extenderse...de que era una bruja malvada... De que quería el trono para sí misma, al envenenar al Rey. Unas semanas más tarde, el Rey murió. El Príncipe era demasiado joven para tomar el lugar del Rey... Así, de acuerdo con la ley, la Reina gobernaría por otro año. El futuro era incierto.

Mientras tanto, el Príncipe había entregado su corazón. Ella era hermosa e inteligente, y, aunque sólo era la hija de un granjero, el Reino estaba contento con la unión. La Reina sin embargo, estaba disfrutando de ser Reina.
¿Y qué mejor manera de seguir siéndolo, que ella misma se casara con el Príncipe?

- ¿Qué? Eso es repugnante.

- Ella era su abuela.

- Abuelastra.Y era una mujer joven y hermosa, no te olvides de eso. Al Príncipe sin embargo, tampoco le gustó la idea. Tomó a la hija del granjero, y huyeron hacia la noche. Se detuvieron a descansar bajo las ramas de un Tejo, que era yo.
A la mañana siguiente, el Príncipe se despertó. "Levántate, amada mía", dijo.
Pero la hija del granjero no se movió... Fue cuando el Príncipe vio la sangre.

- ¿Sangre?

- Alguien mató a su amada durante la noche.

- ¿Qué?

- "Fue la Reina", clamó. "La Reina asesinó a mi novia". Los aldeanos, llenos de rabia y venganza, se rebelaron. Fue entonces, cuando la Reina nunca fue vista de nuevo.

- Bien. Se lo merecía.

- La historia no ha terminado todavía. Tomé a la Reina y la llevé lo suficientemente lejos para que los aldeanos nunca la encontraran. A un pueblo junto al mar, donde comenzó una nueva vida. 

- Pero mató a la hija del granjero. ¿Cómo pudiste salvar a una asesina? Realmente eres un monstruo.

- Nunca dije que ella asesinó a la hija del granjero. Sólo he dicho que el Príncipe dijo eso. El Príncipe jamás se durmió esa noche... Esperó a que la hija del granjero se perdiera en sus sueños... Y entonces comenzó su verdadero plan.

- ¿Qué?

- Él sabía que su muerte provocaría un incendio... que consumiría totalmente a la Reina.

- ¡Es una historia terrible! Y un engaño.

- Es una historia real. Muchas cosas que son verdaderas, se sienten como un engaño. Los Reinos obtienen los Príncipes que se merecen. Hijas de granjeros mueren sin razón. Y a veces las brujas merecen ser salvadas. Muy a menudo, en realidad. Puede que te sorprenda.

- ¿Así que, el buen Príncipe era un asesino... y la Reina malvada, no era una bruja después de todo?

- No, la Reina si era sin duda una bruja... Y podría haber estado de camino a provocar mucho mal. ¿Quién puede saberlo?

- ¿Y por qué la salvaste entonces?

- Porque lo que no era, era ser una asesina. No había envenenado al Rey. Simplemente murió de viejo.

- ¿Y el Príncipe jamás fue capturado?

- No. Se volvió un Rey amado... Que gobernó felizmente hasta el final de sus largos días. Así es.

- No lo entiendo. ¿Quién es el bueno aquí?

- No siempre hay un bueno, Conor O'Malley... Y no siempre un malo. La mayoría de la gente está en algún punto intermedio.
Siempre hay dos lados en una historia. 

¿Ahora, cuantos de vosotros conocéis el dicho: "Piedras y palos no romperán tus huesos, como las palabras". Ahora, la próxima vez que alguien os diga algo..."



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